"Librar todas las cosas de la servidumbre de un fin. En las cosas encuentro yo esta seguridad bienaventurada; Que todas bailan con pies de azar".
Friederich Nietzsche

miércoles, 14 de abril de 2010

Últimas palabras


Nunca dejé de hacer malabares con el tiempo,

y aún mirándolo con ojos amenazantes,

jamás conseguí que los instantes

fueran, uno tras otro, desapareciendo.

He lidiado tanto con el desasosiego,

en él me he visto tan envuelto,

que ni los guiños de un tal cupido

ni las palabras hartas de consuelo

hicieron que viera medio lleno

el vaso que siempre creí medio vacío.


***

La muerte es más aburrida de lo que esperaba;

su misticismo se ha convertido en decepción

y poco o nada tiene de esa esencia romántica

que siempre deambuló en mi imaginación.

. Quizás pensé que sería menos banal,

que debía revestirse de sensaciones mágicas.

Soñé que la pluma con la que escribía el final

matizaba, con colores, la escena más trágica.


***

Pero, amigos, nada más alejado de la realidad.

El final es tan triste como la vida misma,

como la obra que nunca supe interpretar

a pesar de haber sido su actor protagonista.

Estas deben ser mis últimas palabras

y una amarga pena me aflige el corazón;

No por lo irrecuperable de mi existencia,

más bien por no haberle hallado, a esta,

la más mínima explicación.

sábado, 3 de abril de 2010

Baricco

“El trabajo me cansa y el mar se rebela a mis obstinados intentos por comprenderlo. No me había imaginado lo difícil que podía ser estar delante de él. Y vago, dando vueltas con mis instrumentos y mis cuadernos, sin hallar el principio de lo que busco, la entrada a una respuesta cualquiera. ¿Dónde empieza el final del mar? O más aún: ¿a qué nos referimos cuando decimos mar? ¿Nos referimos al inmenso monstruo capaz de devorar cualquier cosa o a esa ola que espuma en torno a nuestros pies? ¿Al agua que te cabe en el cuenco de la mano o al abismo que nadie puede ver? ¿Lo decimos todo con una sola palabra o con una sola palabra lo ocultamos todo? Estoy aquí, a un paso del mar, y ni siquiera soy capaz de comprender dónde está él. El mar. El mar.”

Alessandro Baricco