"Librar todas las cosas de la servidumbre de un fin. En las cosas encuentro yo esta seguridad bienaventurada; Que todas bailan con pies de azar".
Friederich Nietzsche

sábado, 11 de diciembre de 2010

Grotesco

Me pregunto qué habré hecho yo,
dónde habré metido la pata
para que claves en la llaga
tus dedos grasientos de lechón.

Te maldigo, ávido infame y pueril,
y te odio aunque mi razón no quiera,
pues de sabios es tener paciencia
aun siendo la demencia de tan bajo perfil.

Perdóneseme si juzgo sin conocer,
ya se sabe que uno es poco santo.
Qué decir, que si me callo sangro
y que no tan malo es el hacer enrojecer.

Sucio emperador de lo grotesco,
ahora que tus párpados se desvanecen,
cuando buscas la calma que no mereces,
aparecen los espasmos más mugrientos.

Poco castigo, si cierto es lo que intuyo;
no sólo en la gula eres experto,
no sólo de pan vive este infecto,
la ebriedad parece ser también lo tuyo.

Con el tiempo lograrás el objetivo
y yacerás con la consciencia tranquila
más no olvides que al volver a la vigilia
tu aliento será igualmente repulsivo.

Para qué seguir con esta desdicha
si no hay gesto peor empleado
que darle a un zángano un espacio
como el que ahora ocupan estas tintas.